El riesgo de la atención no correspondida: La triste realidad de perseguir a una mujer insaciable y el modo guerra del Temach
Las cinco citas más importantes en este artículo inspirado en El Temach.
- “Una mujer adicta a la atención, no hay nada más triste que un hombre que dedica toda su vida a tratar de satisfacer a una mujer que nunca va a ser satisfecha.”
- “Descubre el secreto para atraer a mujeres con amor propio según el Temach.”
- “Morras manipuladoras hay muchas. Morras chidas también, pero las morras chidas pues son inteligentes y tienen mucha más experiencia que las manipuladoras.”
- “Entonces, si tú quieres una morra que te que tiene amor propio. Primero, tienes que resolver estas dos cosas: los batos no saben qué hacer, no sabemos qué hacer cuando estamos frustrados, enojados, y no sabemos para dónde canalizarlo.”
- “Porque así es la vida, porque así es el mundo, porque tienes que ser autosuficiente, porque te tienes que mantener, y yo sé que en las películas de Disney no pasa así, pero no vivimos en una película de Disney.”
Una mujer adicta a la atención, no hay nada más triste que un hombre que dedica toda su vida a tratar de satisfacer a una mujer que nunca va a ser satisfecha. No lo haga, mi compa, no caiga en esa trampa de esta sociedad. No hay nada más deprimente que caer. Mejor trabaje para que le alcance una morra generosa, una morra feminista, feminista, !una morra femenina!. No, no, no, no, no, corte, corte, corte. Amor propio.
Que tiene la capacidad para la empatía. Enfóquese en desarrollar su amor propio, su capacidad para la empatía para que cuando conozca un amor así, genere una conexión nutritiva, una conexión sana. Pero eso, mi compa, no va a pasar mañana. Así que mientras tanto, toca trabajar duro, toca darle modo guerra. Mientras no salgamos de la calentura y la soledad, nunca vamos a tener una morra valiosa.
Descubre el secreto para atraer a mujeres con amor propio según el Temach
Ahí solo vas a caer en morras que te van a manipular porque morras manipuladoras hay un muchas. Morras chidas también, pero las morras chidas pues son inteligentes y tienen mucha más experiencia que las manipuladoras. Y no van a caer con un vato que las ve como objeto sexual y anda caliente. No van a caer con un vato que está solo y que no tiene amor propio y que necesita validación femenina y la anda buscando como desesperado. Esas son dos cosas que una morra que tiene amor propio nunca va a gravitar hacia ella.
Entonces, si tú quieres una morra que te que tiene amor propio. Primero, tienes que resolver estas dos cosas: los batos no saben qué hacer, no sabemos qué hacer cuando estamos frustrados, enojados, y no sabemos para dónde canalizarlo. Y muchas veces, sí esa expectativa, aunque sea inconsciente, de que la morra nos diga ‘ven, siéntate, relájate’. Si llega la morra y te dice, ‘No, compadre, te estaba esperando para ir al Walmart. ¿Por qué llegaste hasta ahorita? Nomás te estás haciendo allí en el trabajo’. Y el vato viene todo estresado, el vato no te lo va a decir, el vato ni se va a enterar qué pasó, solo de repente se va a dar cuenta que odia su vida, y un día va a decir ‘voy por cigarros’ y no va a volver, y no te va a decir, ‘Yo estudié otra cosa, ¿por qué estoy aquí?’ Porque así es la vida, porque así es el mundo, porque tienes que ser autosuficiente, porque te tienes que mantener, y yo sé que en las películas de Disney no pasa así, pero no vivimos en una película de Disney.