Reflexiones sobre la Mortalidad
Introducción
Te vas a morir. En nuestra sociedad moderna y ajetreada, parece que a la mayoría de las personas se les ha olvidado que son mortales.
Memento Mori
La frase “Memento Mori” proviene del latín y significa “recuerda que vas a morir”. Fue utilizada por los romanos para recordar su mortalidad y exhortarlos a vivir de manera virtuosa. Los antiguos estoicos tenían muy en cuenta este principio en sus vidas, pues la muerte es aquello que le da sentido a nuestras vidas.
La reflexión sobre la muerte nos ayuda a apreciar la vida más plenamente. Si nos damos cuenta de que nuestras vidas son limitadas y que nuestro tiempo es valioso, podemos tomar decisiones más conscientes y vivir de manera más significativa. Precisamente porque nuestra vida se acabará, tenemos que enfocarnos en aquello que es realmente importante.
La Muerte es Inevitable
La muerte es inevitable y nadie se librará de ella. Nos aterroriza pensar en ello, pero todos nosotros tenemos dos opciones ante nuestro inevitable destino:
- Mirar a la muerte con un ánimo nihilista de pena y tristeza, quejándonos porque nuestros días se acabarán y llevando con nosotros un inmenso miedo a aquello que vendrá después.
- Aceptar por completo nuestra naturaleza mortal y estar en paz con ello. Para poder elegir esta segunda opción, es necesario tener un gran coraje. Debemos aceptar la incertidumbre, pero aceptar por completo nuestro destino es crucial para poder vivir de la manera que realmente queremos.
Además, contemplar nuestra mortalidad también nos ayuda a desarrollar una mayor compasión y empatía hacia los demás, ya que nos recuerda que todos estamos en el mismo barco y que todos, algún día, vamos a morir.
Lo que Podemos y No Podemos Controlar
Otra de las principales ideas de la filosofía estoica era comprender la diferencia entre aquello que está bajo nuestro control y aquello que no lo está. Proponían darle importancia tan solo a aquello sobre lo que tengamos control: serenidad para aceptar aquello que no puedes cambiar, coraje para cambiar aquello que puedes cambiar, y, sobre todo, sabiduría para reconocer la diferencia.
Está claro que la muerte no está en absoluto bajo nuestro control, por eso debemos aceptarla con total serenidad. Ahora te diré por qué es tan importante que medites sobre la muerte a diario.
Vivir con Prioridades Claras
Seguro que has oído alguna vez alguna historia de alguien al que le han diagnosticado una enfermedad terminal y le han dado una corta esperanza de vida. Esa persona decide pasar el tiempo que le queda dedicándose tan solo a aquello que es realmente importante para ella. Conectan con sus prioridades, excluyen de sus vidas todo aquello que es irrelevante e innecesario y emplean cada segundo que les es concedido en aquello que realmente vale la pena. Aceptan por completo su destino y disponen su atención en aquello sobre lo que tienen control.
Tú ya Eres ese Enfermo Terminal
Tú ya eres ese enfermo terminal, todos lo somos. La única diferencia es que nosotros todavía no sabemos la fecha exacta en la que nos iremos. Solo hay una cura para la muerte y es haber aprovechado los días que te han sido concedidos.
Parece que la mayoría de las personas no se dan cuenta de la grandeza de este hecho. Pasan sus días tirados en el sofá, mirando las redes sociales y posponiendo sus sueños. Quiero que despiertes. Si estás escuchando esto, solo tienes una oportunidad. Esta es la única vida que nos han concedido, nadie nos asegura un mañana.
Vive el Presente
¿A qué esperas para amar a tus seres queridos? ¿A qué esperas para ser la persona que siempre has soñado ser? ¿A qué esperas para ir por la vida que quieres? Quizás mañana estés muerto y no hay nada peor que el arrepentimiento de no haber hecho todo lo posible por lograr nuestros sueños en la hora de nuestra muerte.
Cuando te falte la motivación, piensa en esto: solo tienes una oportunidad. Disfruta cada día dando lo mejor de ti, poniendo todo de tu parte para evitar ese arrepentimiento. Compórtate como te gustaría ser recordado tras tu muerte. Ama a los demás como si nunca más los fueras a volver a ver. Mira al cielo y a cada cosa de la vida con asombro, como si nunca más lo pudieras volver a ver.
Elige Morir Bien
Si te das cuenta, tenemos el control completo sobre nosotros mismos, sobre nuestra forma de ver el mundo. La muerte nos enseña la diferencia entre lo esencial y lo superficial. Elige morir bien mientras puedas; espera demasiado y puede que sea imposible hacerlo. No pospongas aquello que sabes que debes hacer ahora. Deja de posponer tu felicidad y tu buen hacer. La muerte te acecha.
Ejercicio Estoico Diario
Los antiguos estoicos proponían un ejercicio que debemos hacer a diario para darle el sentido adecuado a nuestras vidas: visualízate en tu tumba como si hoy hubieras muerto. Piensa en todo aquello que te ha faltado por hacer y en la forma en la que te gustaría haber sido.
Ahora, vuelve a la realidad y ponte manos a la obra. Visualízate como si hoy mismo hubieras muerto. Imagínate cómo te gustaría que te recordaran, imagina todo aquello que te habría gustado lograr y luego pregúntate si estás siendo congruente con ello. Pregúntate si lo estás haciendo hoy mismo. Céntrate en aquello que está en tu mano y toma con alegría y serenidad aquello que no lo está.
Apreciar a los Seres Queridos
Visualiza la mortalidad también en tus seres más queridos. Decía Marco Aurelio: “Cuando mires a tus amigos y a tu familia, piensa que ellos también morirán. Así, cuando pases tiempo con ellos, lo apreciarás mucho más”. Deja de posponer las cosas que sabes que debes hacer con la excusa de un futuro en el que pensamos que resolveremos lo que nos atormenta. No lo corregimos nunca.
Deja de pensar que mañana verás el sol salir porque quizás no lo hagas. Como no sabes si mañana tendrás la oportunidad de hacer lo correcto, haz lo correcto hoy. Cuando realmente sientas que la muerte está acechando, dejarás de postergar lo importante de tu vida.
Conclusión
Es por esto que es extremadamente importante y urgente que medites sobre tu inevitable destino. Pon tus valores en una escala y cíñete a seguirla. Sé congruente con tu vida. Supera el miedo a la muerte. La muerte nos genera miedo, ansiedad e incertidumbre precisamente porque no sabemos lo que vendrá después: otra vida, el paraíso o la inexistencia.
Según los estoicos, justamente porque no sabemos lo que viene después, tenemos que aprovechar esto que ahora vivimos al máximo. Acepta cada día como un regalo, como una concesión que se te ha hecho pero que te pueden arrebatar en cualquier instante. Decía Marco Aurelio: “Cuando te levantes cada mañana, piensa en el privilegio de estar vivo, de respirar, de disfrutar, de amar”.
No es la muerte lo que un hombre debe temer; debería temer nunca haber vivido. La muerte forma parte de la vida y hace que esta sea aún más valiosa. El tiempo que tenemos es el mayor de los regalos y tenemos que aprovecharlo ahora que aún podemos. Cuando seas consciente de tu muerte es cuando más disfrutarás de la compañía de las otras personas, de un viaje, de unas carcajadas.
Te vas a morir. Es lo único seguro en nuestra existencia. No malgastes tu vida.